lunes, 24 de enero de 2011

Noche Magica

Quisiera volver a tenerte entre mis brazos,
esta pasada noche a sido mágica,
mis dedos enredándose en tu pelo mientras tu boca juguetea
con mi oreja y un escalofrió recorre mi piel.

Mis manos acarician tu cuerpo desnudo
mientras mi boca lo besa suavemente sin dejarse ningún rincón,
nuestras lenguas se acarician húmedas y cálidas,
dulces por el postre que acaban de degustar,
el cual baña también nuestros cuerpos,
manjares de dioses sobre menaje exclusivo y selecto.

Las bocas comen tan ricas viandas y las lenguas
lamen los recipientes que los contienen
provocando con ello ciertos gemidos de placer.

El champán riega nuestras bocas y se desliza como ríos
dorados por nuestros desnudos
formando diminutas cascadas al deslizarse sobre tus pezones,
las perlas de nácar de tu boca mordisquean
mis pezones haciéndoles erguirse y endurecer.

Ahora soy yo quién provoca esa misma reacción en ti,
pero esta vez no se trata de mi boca
sino de un cubito de hielo que mis manos han cogido
de la cubitera del champán y que depositan
también sobre tu cuello, deslizándolo lentamente hacia abajo.

Tu espalda se arquea  sobre la cama mientras tus manos
se agarran con fuerza a las sabanas,
tu boca se cierra para impedir que de tu garganta emerja
un grito, que a pesar de todo tu esfuerzo termina
por salir.

El liquido helado prosigue su descenso y
tu mueves tus caderas sin cesar de un lado a otro,
sigo dejando rastros de agua sobre tu piel,
tus muslos, tus pies, les proporciono pequeñas
dentelladas que te hacen reír
y succiono cada uno de los dedos
como si fueran de caramelo.

El hielo se ha desecho ya por lo que
cojo dos más de la cubitera y comienzo
el ascenso desde los pies
y por la cara interna de la pierna,
tobillos gemelos, rodilla,
muslosss, inglesss,
rodeo los labios de tu vagina con ellos,
tus gemidos aumentan y rasgas con
tus uñas las sabanas,

introduzco dos de mis dedos en
el interior de tu sexo,
serpentean dentro de el y notan lo
cálido y húmedo que esta,
acarician su interior suavemente
mientras la otra mano pasea los hielos
sobre tus pechos, tú te muerdes tu labio inferior
y tu pelvis se eleva sobre la cama.

Ahora eres tú quien se apodera del hielo
y empujas mi cuerpo hacia el colchón,
entre risas te sientas encima de mi,
tus manos, con su helada posesión
entre los dedos comienzan a recorrer
mi cuerpo,
mi cuello, mi pecho,
mis pezones vuelven a erguirse y endurecer,
continuas bajando,
mojando mi cuerpo hasta llegar a mi pene,
el cual parece endurecer mucho más de lo que está,
sigues acariciando los testículos
y el hielo termina deshaciéndose en mi culo.

Introduces de nuevo la mano en la cubitera para
proveerte del helado material,
depositas un trozo en tu boca

y a continuación introduces
mi miembro en ella,
no puedo evitar gemiiiiiirr de placer,
es una sensación única,
que casi me hace correrme,
te hago detenerte y
pongo dos cubitos
dentro de tu vagina,
te coloco encima de mi
y a continuación te penetro,
multitud de explosiones de placer
invaden cada rincón de nuestros cuerpos,
sensaciones imposibles de describir.

El agua del hielo desecho sale de tu interior
mezclado con tus fluidos,
los muslos se tensan,
las nalgas se aprietan
y los dedos de los pies
parecen agarrotarse,
me incorporo y te estrecho fuertemente
contra mi cuerpo
mientras tu prosigues con tu frenético vaivén
cabalgando encima de mi como una amazona experta

y es entonces cuando el extasissss nos embriaga
y el clímax llega a su culminación,
los dos caemos, abrazados,
jadeando y empapados en sudor.

Quisiera volver a tenerte entre mis brazos
y que esta vez no fuese un sueño